miércoles, 11 de noviembre de 2009


Diccionario Político:

En la antigua China, "Confucio" dijo que lo primero que hay que hacer cuando se llega al Gobierno es devolver a las palabras su verdadero significado, ya que los malos gobernantes las usan para confundir y manejar sus intereses. Ahora que el Likud volvió al Gobierno, debemos demostrar de qué forma la izquierda trata de utilizar cierto vocabulario sólo para llevar a cabo sus propósitos.
Acá los dejo con algunos ejemplos, la mayoría, sacados de un gran pensante de nuestros tiempos " Thomas Sowell":

Crisis: Cada vez que quieren cambiar algo se dice: estamos en "crisis", sin importar la realidad, pero cuando dicen "hay una crisis por la política capitalista del likud" entonces seguro hay una "crisis", ¿no es así?
Igualdad : Dar cierta importancia a los preferidos de la izquierda, por ejemplo, a los Árabes.
Compasión: Utilizar el dinero de la población para comprar los votos.
Falta de compasión: Oponerse al uso de dinero para comprar los votos.
Rehabilitación: Esa palabra mágica que utilizan para liberar a los presos del Hammas.
Escándalo: Cuando hay alguna manifestación de grupos de derecha.
Manifestación: Cuando hay una donde activan gente de izquierda como "Shalom Ajshav".
Principios: Según la izquierda frente a alguna discusión política.
Sentimientos: Según la derecha frente alguna discusión política.
Subsidio: Plata de los que pagan impuestos.
Obligación: Más plata de los que pagan impuestos.
Centro de Investigación sin compromiso: Es un centro que investiga y justifica su propia existencia.
Estereotipos: Todo tipo de comportamientos que no van con el comportamiento de la izquierda.
La explicación de la ley: El juzgado, cuando pasa por alto ciertas leyes que están escritas, interpretándolas a su manera.
Los liberadores de la paz: Quienes se rinden al terror y están a favor de un país palestino.
Racismo: querer cuidar en nuestro Israel una mayoría judia.
Hipócritas: Hombres de negocios que trabajan duro y a través de ellos se crean nuevas fuentes de trabajos.
Servicio público: Concentrar a la sociedad bajo el mando de directivos y gobernar la vida social con órdenes de políticos que los utilizan para comprar sus votos.
Responsabilidad: La responsabilidad de la gente de llevar en sus espaldas sus propios resultados.
Lo que el pueblo debe saber: El derecho de la prensa en hacer todo lo que quiera sin tomar responsabilidad sobre sus propios echos.

Amir Weitman: Mi ambición es cambiar la cara del Likud.

martes, 20 de octubre de 2009


El Estado de Israel vive 61 años bajo amenazas de todo tipo. Desde ya no es necesario entrar en detalles. Todos bien sabemos los problemas de seguridad que sufrimos con nuestros vecinos, tanto los cercanos como los lejanos.
También escuchamos sin frenos de la Izquierda y el problema "Demográfico" que sin duda afectará al país como Estado judío, en el futuro. Mientras la izquierda habla del problema demográfico, se refiere por supuesto a la presencia de los cuatro millones de árabes entre el mar y Jordania, en la zona Occidental de Israel.

Aunque la derecha no pasa por alto este problema, es necesario, aun, poner las proporciones correctas. Gaza no es más un terreno bajo nuestro poder ya que posee 1.3 millones de árabes ocupándola. La población dentro de nuestro terreno, que también sigue creciendo, crea un problema en cuanto a la cantidad de hijos, frente a los nuestros. La productividad judía y árabe dentro del Estado de Israel llevará a que se iguale en los próximos 10 años marcando un número importante por parte de la comunidad árabe en nuestro país. Con el tiempo sólo nos quedará esperar que esta igualdad nos ayude a llevarnos mejor.

Todo suena muy lindo y la pregunta es: ¿realmente esta igualdad podrá llevarnos a vivir de una manera mejor, con más tranquilidad? Lastimosamente, la respuesta es no, pero no justamente por los árabes e incluso tampoco por la aliah no judía de la Unión Soviética, sino por la llamada 4ª población "los trabajadores extranjeros".

Este problema empieza en el año 1989 como consecuencia de la intifada. En esos días se cerraron la fronteras entre los territorios e Israel causando una pérdida de días de trabajo a los árabes en nuestro país, lo que afectó a los empleadores judíos. Por parte de estos, bajo una presión al Gobierno de Shamir, se permitió por primera vez la entrada de extranjeros con fines de labor en sus proyectos, reemplazando con ello a los árabes. Este problema creció de una forma muy rápida y en el año 1990 habitaban en Israel unos 16,000 empleados del exterior, del cual el 25% eran ilegales. En el 2001 nos encontramos con una suma de 240.000 de la cual el 60% eran ilegales. Con el Gobierno de Sharon se puso este problema como uno de los principales e hicieron interminables esfuerzos para reducir las cantidades. Entre el 2003 y 2005 el número fue bajando hasta que se centralizó, pero en este últmio año la cantidad volvió a subir a 220,000 poniéndose en un 3% de la ojlusia, y entre ellos un 50% de ilegales. El Gobierno siguió su esfuerzo para reducir el número de trabajadores acortando los permisos laborales y expulsando a los no legalizados.

Los resultados de esa iniciativa gubernamental nos pone como un sistema público fuerte y estable, lo que cada uno de nosotros debemos conservar.
No obstante, la misma izquierda la cual habla de de las diferencias occidentales opinando que podremos con estas perder la mayoría judía, por el otro lado se encuentran en el frente de las filas defendiendo a estos trabajadores no judíos e ilegales para que puedan disfrutar de los frutos legales dentro de nuestro Estado convirtiéndolos en civiles de primera fila.

Sin entrar en la forma de pensar de los izquierdistas, podemos decir con máxima seguridad que su objetivo es claro.
La izquierda, quienes creen pertenecer a la alta sociedad sólo desde su punto de vista, han perdido la mayoría democrática en el pueblo, por ejemplo: la derecha recibió un 60% de los votos en las últimas elecciones, algo inusual. La izquierda se encuentra en un lugar donde no tienen una mayoría y ni siquiera una representación como se debe dentro de los medios de comunicación (lo que explica esta guerra que están llevando a cabo al Ministro de Justicia Iaacov Ne'eman en lo que implica sus derechos como asesor judicial del gobierno). Hace un tiempo esta misma gente apoyó la aliah de la Unión Soviética, en especial a los goyim que trajeron, consolándose entre ellos mismos que esta población también podría ser muy nacional. Frente a esta realidad en la cual se encontraron estos civiles, decidieron seguir con el problema de población judía en el cual nos encontramos, convirtiendo a estos trabajadores en civiles legales, quienes lucharon y lucharán por sus propios derechos laicos basados en una típica ideología cuyos frutos fueron creados por la izquierda. Partidos como Meretz o Avodah trabajan para poder llevar este proyecto adelante.

Estos trabajadores ilegas no tienen permiso de estadía en el país, lo que demuestra que están aquí en contra de la ley. ¿Con qué excusa nos basamos para querer que se queden aquí, que sus hijos, que se criaron en estas tierras y fueron a nuestras escuelas, ahora tengan que irse? Millones de niños emigran de lugar en lugar cada año y hasta la fecha esto no fue visto como una tragedia.
Los chicos tienen siempre esa capacidad de instalarse en un nuevo lugar, estudiar un nuevo idioma y en sólo escasos meses conocer amigos nuevos.
Regresarlos a sus países de origen tampoco es tan grave. La pregunta sería: ¿son ellos quienes tienen la culpa de que sus padres decidieron quedarse, incluso de forma ilegal? O ¿son los políticos quienes los usan sólo para poder adelantar sus intereses?

Es entendible por todos que este problema no se termina con 1.200 chicos. Si ese fuera el problema, entonces sí tendríamos que pensarlo, pero si demostramos algún punto de debilidad, puede crear una cierta incitación por los goyim a seguir emigrando. El mundo se enteraría y crearía una mayoría de extranjeros que quisieran probar su suerte aquí, con sólo saber que podrán conseguir lo que quieran quedándose un tiempo, incluso de forma ilegal.
Esto es lo mismo que pasó en Europa en la década de los 60-70 y hoy todos podemos ver los resultados, el continente que se ha convertido en una sucursal Musulmana-Africana. Demostrar algún tipo de debilidad nos puede llevar a lo mismo y perder en cuestión de años la identidad judía de nuestro país. Por eso debemos apoyar un proyecto de des imigración frente a estos trabajadores ilegales.
No hay ninguna razón por la cual tendríamos que perder el control de nuestro futuro, más aun ahora que nuestro partido lleva el control del Gobierno, en especial el Ministro del Interior, Eli Ishay, quien lucha contra este problema día a día y nos recuerda siempre no tener miedo a los medios de comunicación y saber presentarnos fuerte frente a ellos. La verdadera prueba de un político es poder llegar a tomar decisiones difíciles y no sólo populares para bien del pueblo.
Caballeros, debemos ser fuertes frente a estos medios y a algunos cuantos izquierdistas radicales y parlamentarios.

Si estamos en el Gobierno y no lo podemos lograr, tendremos que pensar de alguna manera dar a conocer la verdad de nuestro poder.

Amir Weitmann